Este tipo
de tecnologías se emplean cuando se genera tareas para sus estudiantes a través
de archivos con diferentes formatos, pudiendo seguir un modelo conductista
igual al que las clases presenciales.
Este tipo
de tecnologías abarca autoevaluaciones, autocontroles, simulaciones, plantillas
de cálculo, entre otros y aunque también siguen el modelo conductista, permiten
que se generen competencias instrumentales, sociales y sistemáticas; por
ejemplo: aplicar los conocimientos a la práctica, la resolución de problemas,
entre otros.
Permite
que cada integrante de un grupo sea responsable de su aprendizaje, por lo
tanto, estas tecnologías necesitan ser integradas a un proyecto educativo para generar
inteligencia colectiva.